Como hemos visto, la hipertensión arterial no suele dar síntomas por sí sola por lo que lo ideal es diagnosticarla en controles o en campañas de prevención para poder manejarla antes de que aparezcan complicaciones. Los distintos métodos para la detección de hipertensión arterial pueden ser realizados en consulta, en el domicilio o de forma coordinada.
Las guías de práctica clínica coinciden en los siguientes métodos como diagnóstico para la hipertensión.
Existen programas de cribado enfocados al diagnóstico de hipertensión y que se basan en la toma de tensión arterial en revisiones médicas (aunque también puede ser útil la medición en farmacia para el diagnóstico y control). Estas tomas de Presión arterial se deben realizar:
Al menos una vez antes de los 14 años (generalmente durante las revisiones).
Cada 5 años entre los 15 y 40 años si no existen factores de riesgo.
Cada año si existen factores de riesgo cardiovascular.
Cada año a partir de los 40 años en personas sanas sin factores de riesgo cardiovascular.
Durante la toma se intenta averiguar la tensión que un paciente presenta durante un periodo de “reposo”, que a veces no es la misma que en la consulta o en la farmacia, por lo que si se producen cifras de presión arterial mayores a 135 mmHg en la presión sistólica o 85 mmHg en la presión diastólica se deberá repetir la toma para confirmar la elevación.
A menudo, el hallazgo de cifras elevadas en una consulta pueden no ser suficientes para diagnosticar hipertensión arterial, salvo que se trate de cifras muy elevadas, puesto que la presión arterial puede verse afectada por múltiples causas durante la vida habitual. Por ello, se recomienda volver a confirmarlo en 2 o 3 mediciones que deben estar espaciadas entre una semana y un mes.
Si durante estas tomas persisten las cifras elevadas, se diagnosticará de hipertensión arterial, pudiendo ser necesarios más estudios para aportar más información de las causas y características.
Puede resultar útil conocer el patrón de presión sanguínea que la persona maneja en su vida habitual. Para ello existen distintas formas que resultan de utilidad entre los que destacan:
AMPA (Automedida de la Presión Arterial): que consiste en la medida de la presión arterial tomada por la propia persona durante la mañana y la noche a lo largo de una semana, generalmente.
Así generamos una hoja parecida a la siguiente, estableciendo una media de las tensionesrecogidas durante la mañana y durante la tarde-noche.
MAPA (Monitorización Ambulatoria de la Presión Arterial) que se realiza mediante la medición realizada por un aparato portátil de medición de presión arterial automática que registra las distintas cifras de tensión a lo largo del día y la noche.
Este método permite conocer el patrón durante el sueño y durante las actividades habituales de la persona por lo que permite ser más preciso a la hora de conocer cómo se comportan las cifras de presión arterial.
También resulta útil esta última forma de monitorización en casos de sospecha de:
Hipertensión Arterial de predominio nocturno en personas con apnea del sueño.
Enfermedad Renal Crónica, para evitar progresión de la enfermedad renal.
Diabetes Mellitus, debido a que, al ser otra afección cardiovascular, potencia la posibilidad del daño de órganos y tejidos.
Disfunción del sistema nervioso autónomo debido a enfermedades secundarias.