Problemas en el bebé:
Los bebés tienen etapas de mayor crecimiento en las que tienen más hambre, por lo que la producción de leche realiza un periodo de adaptación durante el cual el bebé suele pedir las tomas con más frecuencia, de manera que se estimula más el pecho y se aumenta la producción de leche, pero este aumento de producción puede llevar unos días y es frecuente que durante ellos el bebé se encuentre más irritable y podamos pensar que hay problemas con la lactancia. Estos períodos se llaman crisis de lactancia.
Es importante mantener la calma sabiendo que el cuerpo se está ya adaptando a la nueva demanda y permitir al bebé hacer todas las tomas que necesite para aumentar la estimulación. Afortunadamente, estas crisis se producen a edades similares (3 semanas, mes y medio y 3 meses de vida) por lo que podemos intuir su causa si coinciden en el tiempo y el bebé se encuentra por lo demás sano.
El frenillo lingual es una estructura de tamaño muy variable y que en el recién nacido es muy elástico, pero en ocasiones puede aparecer la llamada anquiloglosia (entre el 1,7 y el 4,8% de la población), en la cual es excesivamente corto o poco elástico y puede llegar a dificultar las tomas. Es importante que cada caso sea revisado individualmente porque, en la mayoría de los casos (incluso en bebés diagnosticados de anquiloglosia), la dificultad en las tomas se debe a las razones habituales y la presencia de frenillo no es limitante.
Los datos que pueden hacer sospechar de que el culpable sea el frenillo son muy inespecíficos (tomas cortas y muy frecuentes porque el bebé se cansa o se suelta), pero en ocasiones puede escucharse un chasquido lingual durante la toma a causa de la pérdida de vacío por la dificultad para realizar el movimiento adecuado de la lengua.
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Siempre que haya dudas en la efectividad de la toma, se debe llevar al bebé a un especialista en lactancia (que puede ser su pediatra) para valorar cada caso individualmente, dado que en muchas ocasiones se pueden solucionar los problemas con cambios en la postura de la toma o ayuda con el enganche.
En los casos restantes, puede ser necesario realizar una cirugía sencilla para cortar el frenillo (valorando el riesgo/beneficio individualmente).
Después de las tomas, sobre todo los primeros meses, es recomendable facilitar que el bebé expulse los gases que haya podido acumular.
Hay que saber que al succionar o llorar, el bebé puede tragar aire que se acumule en su sistema digestivo y que puede provocarle molestias. Por ello, hay que intentar evitar que trague mucho aire durante las tomas con un buen enganche y evitando que llegue a ellas muy hambriento (mamará con ansia y tragará mucho aire). Además, si al principio de la toma la leche sale muy deprisa, se puede sacar un poco para evitar que el bebé tenga que tragar con rapidez.
Después de las tomas, es recomendable dejarlo durante unos minutos incorporado para que expulse los gases por gravedad, lo cual se puede hacer poniéndolo incorporado sobre tu hombro o sentado sobre tus piernas. Se puede acompañar con un masaje en la espalda suave. Puede ocurrir que los eructos se acompañen de regurgitaciones (pequeños vómitos), que son normales en bebés pequeños dado que el esfínter de su estómago todavía no está del todo desarrollado, su dieta es líquida y su postura suele ser horizontal.
Si el bebé está contento y gana peso bien, estas regurgitaciones no tienen mayor importancia y desaparecerán cuando crezca, con la madurez del esfínter del estómago, la postura sea más incorporada y la dieta sea más sólida.
Por último, si a pesar de estas medidas notamos que el bebé sigue molesto, podemos intentar hacer ejercicios tipo bicicleta y masajes abdominales suaves y circulares, en el sentido de las agujas del reloj, pero ésto debe evitarse justo después de las tomas para no favorecer el vómito.
Debe evitarse utilizar infusiones “para los gases” dado que muchas contienen sustancias que no son recomendables para bebés y no solo no se ha demostrado su eficacia, sino que en ocasiones pueden ser tóxicas. Si crees que el bebé continúa molesto por gases a pesar de seguir todas estas medidas, consulta con tu pediatra para que te oriente de forma personalizada.