El catarro común se produce por la infección de un virus en la vía respiratoria superior, que entra en el organismo normalmente por vía respiratoria (por “gotitas respiratorias” o aerosoles producidos al toser o por secreciones respiratorias), aunque en algunos casos puede producirse también por vía digestiva (fecal-oral) por contacto con secreciones contaminadas o con objetos que las contienen.
Existen múltiples virus causantes, destacando entre ellos los rinovirus (responsable de hasta la mitad de los casos), el virus de la gripe, el VRS (que en bebés produce también bronquiolitis), el coronavirus y otras muchas familias de virus, cada una con numerosos subtipos y variantes distintas (los rinovirus, por ejemplo, tienen más de 100 serotipos distintos).
Los niños pequeños, sobre todo cuando empiezan la guardería o el colegio, son especialmente susceptibles al contagio dado que aún no han desarrollado defensas frente a la mayoría de estos virus (que son muchos, y normalmente sin inmunidad cruzada entre ellos) y se encuentran más expuestos por la dificultad para mantener la higiene y que, frecuentemente, se llevan manos y objetos a la boca (es muy difícil, sobre todo en guarderías, evitar el contagio por superficies o juguetes contaminados).