Dado que el origen de esta enfermedad es vírico, las medidas a tomar serán las mismas que para prevenir el contagio de otros virus respiratorios, teniendo en cuenta que el VRS, que es la causa más frecuente, puede sobrevivir también en superficies hasta 6-12 horas.
Entre éstas medidas destacan:
Lavado de manos frecuente (o solución hidroalcohólica si no se puede realizar lavado de manos).
Uso de pañuelos de papel desechables.
Limpieza de superficies o juguetes que puedan estar contaminados y evitar que los niños enfermos compartan juguetes.
Evitar que personas o niños con síntomas respiratorios entren en contacto con los bebés, sobre todo menores de 6 meses. En su defecto, se recomienda el uso de mascarilla e higiene de manos.
Evitar que los niños con síntomas respiratorios acudan al colegio o guardería.
Evitar el humo del tabaco y los ambientes muy concurridos
Por último, cabe destacar que en niños de muy alto riesgo (prematuros, niños de <2500 gramos al nacimiento o menores de 2 años con enfermedades del corazón graves o con displasia broncopulmonar) puede utilizarse un fármaco preventivo llamado Palivizumab, que está constituido por inmunoglobulinas frente al VRS y que se administra en forma de inyección intramuscular en el hospital de forma mensual (5 dosis). Éste fármaco puede disminuir la tasa de hospitalización en éste grupo de pacientes, pero no se recomienda de forma general dado que su administración es complicada y su efectividad es relativa. En aquellos niños de riesgo, será el pediatra o neonatólogo el que informe a los padres sobre esta opción para valorar si puede ser beneficiosa.